16. Dios el Espíritu Santo: Su
Regeneración por Lewis
Sperry Chafer
Dado que la vida cristiana de fe comienza con el nuevo nacimiento, la regeneración es una de
las doctrinas
fundamentales en relación a la salvación. Una definición
exacta de esta obra del
Espíritu y un entendimiento de su relación
con toda la vida cristiana son importantes para un
evangelismo efectivo tanto
como para
la madurez espiritual.
A. Definición de regeneración
En la Biblia la palabra «regeneración» se encuentra solamente dos veces. En Mateo 19:28 se
usa en la renovación de la tierra en el reino milenial
y no se aplica a la salvación
cristiana. En Tito
3:5, sin embargo, se hace la declaración:
«No por obras de justicia
que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación
en el Espíritu Santo». Sobre la base de este texto, la palabra «regeneración» ha sido elegida por los teólogos para expresar el concepto de nueva vida,
nuevo nacimiento,
resurrección espiritual, la
nueva creación
y, en
general, una referencia de la nueva
vida sobrenatural que los creyentes reciben como hijos de Dios. En la
historia de la iglesia,
el término no ha tenido
siempre un uso exacto, pero entendido
correctamente significa
el origen de la vida eterna, el cual
se introduce en el creyente
en Cristo en el momento de su
fe, el cambio instantáneo
de un estado de muerte espiritual
a la vida espiritual.
B. Regeneración por el Espíritu Santo
Por su naturaleza,
la regeneración es una obra de Dios y los aspectos de su veracidad
se declaran en muchos pasajes
(Jn. 1:13; 3:3-7; 5:21; Ro. 6:13; 2 Co.
5:17; Ef. 2:5, 10; 4:24; Tit. 3:5;
Stg. 1:18; 1 P. 2:9). De acuerdo a Juan 1:13, «no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios». En muchos pasajes se le compara a la resurrección
espiritual (Jn. 5:21; Ro. 6:13; Ef. 2:5). También se le compara a la creación,
por cuanto es un acto
creativo de Dios (2 Co. 5:17; Ef. 2:10; 4:24).
Las tres Personas de la Trinidad
están involucradas en la regeneración del creyente. El Padre
está relacionado con la
regeneración en Santiago 1:17-18. Al Señor Jesucristo
se le
revela frecuentemente involucrado en la regeneración (Jn. 5:21; 2 Co. 5:18; 1 Jn. 5:12). Parece, sin
embargo, que,
como en otras obras
de Dios donde las tres personas están involucradas,
el Espíritu Santo es específicamente el Regenerador, como se declara en Juan 3:3-7 y Tito 3:5. Puede observarse un paralelo en el nacimiento de Cristo, en el cual Dios fue su Padre, la vida del Hijo estaba en Cristo y aun así fue concebido del Espíritu Santo.
C. Vida
eterna impartida por la
regeneración
El concepto central de la regeneración es que un creyente el cual en un principio
estaba muerto espiritualmente ahora ha recibido vida eterna. Para describir
esto se usan tres figuras. Una es la idea
de nacer de nuevo, o la figura
de renacer. En la conversación de Cristo con Nicodemo Él dijo:
«Os es necesario nacer de nuevo.» Aparece en contraste con el nacimiento humano en Juan
1:13. En una segunda figura, la de la resurrección espiritual, se declara
a un creyente en Cristo como «vivo de entre los muertos» (Ro. 6:13). En Efesios 2:5 se declara que Dios, «aun estando nosotros muertos
en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo», literalmente «nos hizo vivos junto con Cristo».
En la tercera figura, la de la nueva creación, el creyente es exhortado a «y vestíos del nuevo hombre, creado
según Dios en la justicia y santidad de la verdad» (Ef.
4:24). En
2 Corintios 5:17 el pensamiento se hace claro: «De modo que si alguno
está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.» Las tres figuras hablan de
la nueva
vida, la cual se recibe por fe en Cristo.
Dada la naturaleza del acto del nuevo nacimiento,
la resurrección espiritual
y la creación, está
claro que la regeneración no es llevada a cabo por ninguna buena obra del hombre. No es un acto
de la voluntad humana en sí misma, y no es producida
por ninguna ordenanza de la iglesia tal
como el bautismo por agua. Es enteramente un acto sobrenatural de Dios en respuesta a la fe del hombre.
De igual
manera, la
regeneración debe distinguirse
de
la
experiencia que le sigue.
La
regeneración es instantánea y es inseparable de la salvación. Una persona salvada en forma
genuina tendrá una experiencia
espiritual subsiguiente, pero la experiencia
es la evidencia de la regeneración, no la regeneración misma. En un sentido
es posible decir que experimentamos el
nuevo nacimiento, pero lo que
queremos significar con
esto es que experimentamos los resultados
del nuevo nacimiento.
D. Los resultados de
la regeneración
En muchos aspectos,
la regeneración es el fundamento sobre el cual está edificada nuestra total
salvación. Sin nueva vida en Cristo
no
hay posibilidad
de
recibir los otros aspectos
de
la salvación tales como la morada del
Espíritu,
la justificación,
o
todos
los
otros resultados
ulteriores. Sin embargo, hay algunas características que son inmediatamente evidentes
en el mismo hecho
de la regeneración.
Cuando un creyente recibe a Cristo por la fe, es nacido de nuevo y en el acto del nuevo nacimiento recibe una
nueva naturaleza. Esto es a lo que la Biblia hace referencia como al
«nuevo hombre» (Ef. 4:24), del cual se nos exhorta
a
que
«nos vistamos», en el sentido de que deberíamos aprovecharnos de su contribución a nuestra nueva personalidad. A causa de la nueva naturaleza,
un creyente en Cristo puede experimentar a
menudo un cambio drástico
en su vida, en su actitud
hacia Dios y en su
capacidad de tener victoria sobre
el pecado. La nueva naturaleza está
modelada en conformidad con la naturaleza de Dios mismo y es algo diferente de la naturaleza
humana de Adán antes de pecar, la cual era completamente humana, aunque sin pecado.
La nueva
naturaleza tiene cualidades
divinas y anhela
las cosas de Dios. Aunque en sí misma no tiene el
poder de cumplir sus deseos aparte del Espíritu
Santo, da una nueva dirección a la vida y una
nueva aspiración para alcanzar la voluntad de Dios.
Mientras que la regeneración en sí misma no es una experiencia, la nueva vida recibida en la
regeneración da al creyente nueva capacidad para la experiencia. Antes fue ciego, y ahora puede
ver. Antes estaba muerto,
ahora está vivo a las cosas espirituales. Antes era extraño de Dios y fuera
de la comunión;
ahora tiene una base para la comunión con Dios y puede recibir el ministerio del Espíritu Santo. En la proporción
que el cristiano
se entrega a sí mismo a Dios y
obtiene la provisión de Dios, su experiencia será maravillosa,
una demostración sobrenatural de lo que Dios puede hacer con una vida que está rendida a Él.
Otro aspecto importante de tener la vida eterna es que es el terreno
para la seguridad
eterna. Aunque algunos han enseñado que la vida eterna puede perderse y que una persona que ha sido
una vez salva puede perderse
si se aparta de la fe, la misma naturaleza de la vida eterna y del
nuevo nacimiento impiden una vuelta atrás en esta obra de Dios. Es primeramente una obra de Dios,
no de hombre, que no depende de ninguna dignidad humana. Si bien la fe es necesaria, no es considerada una buena obra la cual merece
la salvación, sino más bien abre el canal a través
del cual Dios puede obrar en la vida
individual.
Así como el nacimiento natural no puede ser
invertido, de la misma manera el nacimiento espiritual tampoco puede serlo; una vez efectuado,
asegura al creyente que Dios
siempre
será su Padre Celestial.
De igual manera,
la resurrección no puede ser revocada, puesto que somos elevados
a una nueva orden de seres por un acto de Dios.
El nuevo nacimiento como un acto de la creación
es otra evidencia
que una vez que se realiza
continúa para siempre. El hombre no puede en sí mismo anular esta creación.
La doctrina de la
seguridad eterna, de acuerdo a esto, descansa sobre la pregunta de si la salvación es una obra de Dios o del hombre, si es enteramente por gracia o basada en los méritos
humanos. Aunque el nuevo creyente en Cristo puede fallar en lo que él debería ser como un hijo de Dios, así como se da en el caso del parentesco humano, esto no altera el hecho de que él ha recibido una vida que es eterna. También es cierto que la vida eterna que tenemos ahora se expresa sólo parcialmente en la experiencia
espiritual. Tendrá su
gozo final en la presencia de Dios en
los cielos.
PREGUNTAS
1. ¿Qué significa regeneración?
2. ¿Qué
pasajes importantes sobre la regeneración
se encuentran en el Nuevo
Testamento, y
qué enseñan en general?
3. ¿Cómo están involucradas
las tres personas de la Trinidad en la regeneración del
creyente?
4. Describir la regeneración
como
está revelada en la figura
del renacimiento.
5. ¿Por qué
se le llama al nuevo nacimiento la resurrección espiritual?
6. ¿Cómo el hecho de que un creyente en Cristo es una nueva criatura
es un resultado de la regeneración?
7. ¿Por qué
es imposible para
la voluntad humana en sí misma producir el
nuevo nacimiento?
8. ¿En qué sentido la regeneración no
es una experiencia?
9. ¿Cómo se
relaciona la experiencia con la regeneración?
10. ¿De qué manera es la nueva naturaleza un resultado de la regeneración?
11. ¿Qué nuevas
experiencias vendrán a un
creyente
regenerado?
12. ¿Cómo se
relaciona la regeneración con la seguridad eterna?