2.-LA BIBLIA INSPIRADA POR DIOS


2. La Biblia: Inspirada por Dios por Lewis Sperry Chafer


La Biblia es el único libro escrito por inspiración de Dios, en el sentido de que Dios ha guiado personalmente a sus escritores. La inspiración de la Biblia se define como una enseñanza que Dios  h impartido  directamente  a  sus  autores  y  que,  sin  destruir  ni  anular  su  propia individualidad, su  estilo literario o intereses personales, Dios ha transmitido en la misma Su completo e íntimo pensamiento, y así ha quedado registrado por sus autores humanos. Al formar las Escrituras, es cierto que Dios empleó a escritores humanos; pero esos hombres, aunque no pudieran haber comprendido todo lo que estaban escribiendo, sin embargo, bajo la guía de Dios y su mano directriz, produjeron los 66  libros  que forman la Biblia, en la cual se halla una fascinante continuidad y una constante evidencia  de la obra del Espíritu Santo dirigiendo sus plumas.

Por tanto, aunque escrita por medios humanos, la Biblia es el mensaje de Dios al hombre, más bien que un mensaje del hombre para su prójimo. Sin importar si las palabras registradas son las que Dios dictó  literalmente, las copias halladas  de antiguos códices y los resultados  de la investigación acerca de  los autores humanos, o de sus pensamientos, aspiraciones y temores, demuestran  que  en  cada  detalle  Dios  gu a  esos  hombres  de  tal  forma que  lo  que  ellos escribieron fue precisamente lo que Dios intentó que escribieran, con el resultado, pues, de que la Biblia es, ciertamente, la Palabra de Dios. Aunque ciertos pasajes de la Biblia puedan diferir notablemente en su carácter, todas y cada una de las  palabras de la Escritura son igualmente inspiradas por Dios.

La doctrina de la inspiración, precisamente por ser sobrenatural, presenta algunos problemas para  l comprensión  humana.  ¿Cómo  puede  un  autor  humano,  registrando  sus  propios pensamientos y sus conocimientos, ser guiado para escribir exactamente lo que Dios desea que escriba? Precisamente  por  existir preguntas como ésta, se han aventurado algunas opiniones, como la de la extensión del control divino sobre los autores humanos. Existen diversas «teorías de  la  inspiracn»,  y  todos  los  intérpretes  de  la  Biblia  siguen  alguna  de  tales  teorías.  La perspectiva de la inspiración aceptada por el comentarista es el fundamento sobre el cual están construidas todas las interpretaciones  de la  Biblia, y por tal motivo es preciso prestar una cuidadosa atención a la verdadera perspectiva de la inspiración.

A. TEORIAS DE LA INSPIRACION

1. Inspiración  verbal  y  plenaria.  En  la  historia  de  la  iglesia,  la  visión  ortodoxa  de  la inspiración ha sido descrita como verbal y plenaria. Por inspiración verbal se quiere significar que  el  Espíritu  de  Dios  fue  quien  gu la  elección  de  las  palabras  usadas  en  los  escritos originales. Sin embargo, la Escritura indica la factura humana. Varios libros de la Biblia reflejan las  características   personales  del  escritor,  en  estilo  y  vocabulario,  y  con  frecuencia  sus personalidades  están  expresadas  en  sus  pensamientos,  opiniones,  plegarias  o  temores.  No obstante, aunque son evidentes los elementos humanos en la Biblia, la doctrina de la inspiración

plenaria sostiene y afirma que Dios lo dirigió, de tal forma que todas las palabras que fueron usadas, lo fueron igualmente por Dios, e inspiradas por El. Esto se pone de relieve por el uso de la palabra «plenaria», que significa «completa inspiración», como término opuesto a los puntos de vista que afirman que sólo hay una parcial inspiración en la Biblia.

Otras palabras descriptivas adicionales se añaden con frecuencia para aclarar lo que es la doctrina ortodoxa. Se declara que la Escritura es infalible en el sentido de ser precisa e inmune a todo error. También se declara que la Escritura es inerrable, significando con ello que la Biblia no contiene ningún  error, como declaración de hecho. Aunque la Biblia puede registrar en ocasiones declaraciones de los hombres que no son ciertas, o incluso palabras de Satanás, como en Génesis 3:4, en todos esos casos, aunque la declaración atribuida a Satanás o a los hombres está fielmente registrada, es claro que Dios  no afirma la verdad de tales declaraciones. Al afirmar que la Biblia está verbal y totalmente inspirada, además de ser inerrable e infalible en sus declaraciones de la verdad, se sostiene que la guía  perfecta  y sobrenatural de Dios es suministrada a toda palabra de la Escritura, de tal forma que la  Biblia pueda ser considerada como una precisa y exacta declaración de la verdad divina.

La seguridad de la inspiración se aplica, por supuesto, a los escritos originales solamente y no a las copias, traducciones o anotaciones. Como no existe ningún manuscrito original, los eruditos se han extendido en gran medida para determinar la precisión del texto de la Biblia de que ahora disponemos. Para el propósito de enseñar la verdad, puede presumirse y tenerse por cierto de que nuestras presentes copias de la Biblia son exactas reproducciones de los escritos originales. Si bien existen pequeñas variantes en el texto, tales variaciones apenas afectan cualquier enseñanza de la Biblia y los hallazgos posteriores de manuscritos tienden a confirmar esta conclusión.

Para todos los propósitos prácticos, el Antiguo Testamento, escrito en hebreo, y el Nuevo, redactado en griego, pueden ser aceptados como la verdadera Palabra de Dios y una auténtica declaración de lo que Dios intentó comunicar al hombre.

2. Teoría mecánica o del dictado. En contraste con la verdadera doctrina de la inspiración, que permitió a los autores humanos, con su personalidad, redactar los escritos bajo la dirección de Dios, algunos  han  sostenido que Dios realmente dic la Escritura y que los escritores de la Biblia actuaron sólo  como taquígrafos. Pero si Dios hubiese dictado la Biblia, el estilo de la redacción y el vocabulario de la Biblia sería el mismo en toda su extensión. En muchos casos los autores de la Escritura expresaron sus  propios temores y sentimientos, o sus plegarias para la salvación divina, y de diversas maneras dejaron  la impronta de su personalidad en el registro divino. La oración surgida del corazón de Pablo por  Israel, en Romanos 9:1-3, por ejemplo, habría perdido su significado de haber sido dictada por Dios.

De acuerdo, pues, con lo anteriormente expresado, mientras que la inspiración se extiende a toda  palabra de la Escritura, no se desestima la personalidad humana, el estilo literario o el interés personal. La Biblia afirma la realización humana, al igual que lo hace con la autoridad divina del Libro. Dios cumplió con exactitud lo que El quiso al dirigir a los autores humanos que la escribieron, pero sin el proceso mecánico del dictado. Algunas porciones de la Biblia fueron dictadas por Dios y así está indicado en el mismo texto sagrado, pero la mayor parte de la Biblia fue escrita por autores humanos sin evidencia de un dictado directo.

3. La teoría del concepto. Algunos han intentado debilitar la completa inspiración de la Biblia y hacen concesiones a la autoridad humana, diciendo que Dios inspiró el concepto, pero no las palabras precisas. Esta opinión, no obstante, presenta graves problemas si se piensa en que los autores humanos sólo entendieron parcialmente lo que Dios les hubo revelado y, al hacerlo con

sus propias palabras, pudieron muy bien haber introducido errores de consideración en sus escritos.

La Biblia contradice expresamente la idea de que sólo les fue suministrado el concepto a sus autores humanos. Una y otra vez se pone énfasis en el sentido de que las palabras de la Sagrada Escritura han sido inspiradas. La importancia de las palabras se menciona frecuentemente (Ex.
20:1;  Jn.  6:63;  17:8;  1  Co.  2:13).  En  anotaciones  del  Antiguo  Testamento  se  afirma repetidamente también que las palabras, en sí mismas, están inspiradas por Dios, como sucede
en Jn. 10:34-35; Gá. 3:16; y la frecuente mención de la Biblia como la Palabra de Dios, en Ef.
6:17; Stg. 1:21-23; y 1 P. 2:2. Se pronuncia una solemne condenación sobre cualquiera que suprima la Palabra de Dios (Ap. 22:18-19). La teoría del concepto, pues, no tiene consistencia respecto a que la Escritura haya sido redactada así; falla enteramente a la luz de lo que la misma Biblia afirma acerca de la verdadera doctrina de la inspiración.

4. Inspiración parcial. Se han aventurado también otras teorías en el sentido de que sólo parte de la Biblia es inspirada. Por ejemplo, algunos han afirmado que las porciones reveladas de la Biblia que se refieren a la verdad divina son precisas y ciertas, pero que no pueden aceptarse las declaraciones de tipo  histórico, geográfico o científico. Emparejada con la inspiración parcial está la idea de que algunos fragmentos de la Escritura están más inspirados que otros, y a la verdad y el error se convierten en cuestión de grado. Esto se aplica, a veces, a lo que es conocido como la «inspiración mística» o la idea de que Dios ayudó en diversos grados a los autores en lo que ellos escribieron, pero no dándoles por  completo la capacidad de escribir la Escritura sin error Todas las  formas de inspiración  parcial dejan  la inspiración  a juicio del lector y,  en consecuencia, la autoridad de la Escritura se convierte en la autoridad de la persona que lee la Escritura, no existiendo de tal forma dos lectores que estén de acuerdo con exactitud respecto a lo que hay de verdad y lo que no lo es.

5. La opinión neo-ortodoxa de la inspiración. En el siglo XX se ha aventurado una nueva opinión  o  punto de vista sobre la inspiración divina, que comienza con Karl Barth, y que se denomina neo-ortodoxa. Aunque sin negar necesariamente que existan elementos sobrenaturales en los escritos de la Escritura, esta opinión reconoce que hay errores en la Biblia, y de esta forma la Biblia no puede ser tomada literalmente como verdadera. La neo-ortodoxia sostiene que Dios habla mediante las Escrituras y las utiliza como un medio para comunicarse con nosotros. De acuerdo con este punto de vista, la Biblia se convierte en un canal de la revelación divina, de forma muy parecida al concepto de que una bella flor o un encantador crepúsculo suministran el concepto de que Dios es el Creador. La Biblia,  considerada bajo semejante teoría, se hace verdadera sólo cuando es comprendida, y la evidencia de verdad queda igualmente a juicio del lector individual. La historia de este punto de vista demuestra que no hay dos personas que estén exactamente  de  acuerdo  respecto  a  lo  que  la  Biblia  enseña  realmente  y,  al  igual  que  la inspiración parcial, deja al individuo como autoridad final por lo que concierne a  lo que es verdad y lo que es falso.

6. Inspiración naturalista. Esta es la opinión más extrema de incredulidad y sostiene que la Biblia  es  igual que otro libro cualquiera. Aunque Dios haya podido otorgar a sus autores una capacidad fuera  de lo común para expresar conceptos, es, después de todo, una producción humana sin ninguna guía divina y sobrenatural. La Biblia, sujeta a este concepto, se convierte simplemente en cualquier otro libro de religión, que expresa antiguos conceptos y opiniones de experiencia espiritual que han tenido los hombres en el pasado. Esta opinión destruye cualquier distintiva  afirmación  respecto  a  la  autoridad  divina  de  la  Biblia  y  deja  sin  explicación  la maravillosa y real precisión de la Biblia.

En última instancia el lector de la Escritura tiene que tomar una postura y hacer una elección. O bien la Biblia es lo que afirma ser -la Palabra inspirada de Dios- y un libro en que confiar, como si Dios lo hubiese escrito por mismo, sin autores humanos, o tiene que ser considerada como un libro que no  sustancia sus afirmaciones y no es, ciertamente, la Palabra de Dios. Mientras que pueden sumarse muchas pruebas en apoyo de la inspiración de la Biblia, la mejor evidencia se encuentra en el hecho de que la acción del Libro en la Historia apoya sus propias afirmaciones. Su poder se ha manifestado en las vidas transformadas de millones de personas que han puesto su confianza en las palabras y las promesas de la Escritura.

B. EL TESTIMONIO DE CRISTO

El hecho de que la Biblia está inspirada por el Espíritu Santo es apoyado por muchas evidencias internas de que es, ciertamente, la Palabra de Dios, y es confirmado por el poder de la  Palabra  de Dios para influenciar y transformar a los hombres. De todas las evidencias, sin embargo, una de las más importantes es el testimonio de nuestro Señor Jesucristo mismo de que, efectivamente, la Biblia es inspirada por Dios. Dondequiera que Jesucristo cita la Escritura -y El lo hizo con frecuencia- lo hizo como teniendo la autoridad y el completo reconocimiento de que había llegado a manos de los hombres por la inspiración del Espíritu Santo.

De acuerdo con Mateo 5:18, Cristo afirma que ni una jota ni una tilde de la Ley queda sin cumplimiento Con esto El expresaba que ni una jota (la letra más pequeña del alfabeto hebreo) o una tilde  (la parte más pequeña de una letra que pudiese cambiar su significado) habrían de quedar incumplidas. Si la precisión y la inspiración se extienden a cada una de sus letras, Cristo estaba obviamente afirmando la inspiración de la totalidad del Antiguo Testamento.

En Juan 10:35 Cristo afir que «la Escritura no puede ser quebrantada», no puede fallar. Una y otra vez el Nuevo Testamento afirma un exacto cumplimiento del Antiguo Testamento, como en Mateo 1:22, 23 (cf. Mt. 4:14; 8:17; 12:17; 15:7-8; 21:4-5; 42; 22:29; 26:31, 56; 27:9, 10, 35). Estas referencias procedentes del Evangelio de Mateo son típicas de lo que se difunde por todo el Nuevo Testamento en  su  totalidad. Incluso cuando afirma un cambio dispensacional o una modificación de una regla de vida, la autoridad y la inspiración de las declaraciones originales de la Escritura no se discuten en absoluto (Mt. 19:7-12).

Las  anotaciones  procedentes  del  Antiguo  Testamento  se  extienden  a  cualquier  sección importante y con frecuencia son de libros que son los más discutidos por los críticos liberales, tales como el Deuteronomio, Jonás, y Daniel (Dt. 6:16; cf. Mt. 12:40; Dn. 9:27; 12:11; cf. Mt.
24:15). Es imposible poner en tela de juicio la inspiración del Antiguo Testamento sin dudar del carácter y veracidad de Jesucristo. Es por esta razón que la negación de la inspirada Palabra de
Dios conduce a la negación del Verbo encarnado de Dios.

Jesucristo no sólo afir la inspiración y la infalible exactitud del Antiguo Testamento, sino que El  predijo la escritura del Nuevo. De acuerdo con Juan 16:12-13, los discípulos iban a recibir la verdad  procedente del Espíritu Santo después que Cristo hubiese ascendido a los cielos. Cristo estableció que los discípulos serían los testigos de la verdad (Mt. 28:19; Lc. 10:22-
23; Jn. 15:27; Hch. 1:8).  Jesús otor a los discípulos autoridad en su pronunciamiento  y difusión de la verdad (Lc. 10:16; Jn. 13:19; 17:14, 18; He. 2:3-4).

Conforme fue escribiéndose el Nuevo Testamento, sus autores se hallaban conscientes de que eran  guiados por el Espíritu de Dios y libremente afirmaron que el Nuevo Testamento estaba inspirado al igual que el Antiguo. De la misma forma que David escribió por el Espíritu (Mt.
22:43), y como el salmista fue inspirado (He. 3:7-11; cf. Sal. 95:7-11), el Nuevo Testamento, en igual forma, afirma su inspiración. En 1 Timoteo 5:18; Deuteronomio 25:4 y Lucas 10:7 se cita

la Escritura  como  igualmente  inspirada.  En  2  Pedro  3:15-16  las  Epístolas  de  Pablo  están clasificadas como Escritura que tiene que ser recibida como Palabra de Dios, al igual que toda la demás  Escritura. El Nuevo Testamento obviamente afirma tener la misma inspiración que el Antiguo.

C. PASAJES IMPORTANTES SOBRE LA INSPIRACION

Uno de los pasajes fundamentales sobre la inspiración de la Biblia se encuentra en 2 Timoteo
3:16, donde se afirma:

«Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para reargüir, para corregir, para instruir   en  justicia.»  Por  «Escritura»  el  apóstol  se  refiere  a  las  «Sagradas  Escrituras» mencionadas en 2 Timoteo 3:15, incluyendo tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento. La expresión «inspirada por  Dios» es una palabra que se halla en el Nuevo Testamento griego, theopn.eustos, que significa «el aliento de Dios». Con esto se quiere significar definitivamente que la Escritura procede de Dios y por este hecho tiene la misma perfección que caracteriza al propio Dios. Sería absolutamente imposible para Dios el ser el autor del error. La inspiración se extiende no tanto a los autores como a la Palabra de Dios en misma. En tanto que los autores eran falibles y sujetos a error, el aliento de Dios insufló a tales  autores Su infalible Palabra, dirigiéndoles con Su divino poder, y lo que es escrito por ellos fue  ciertamente la infalible Palabra de Dios. Y porque es la Palabra de Dios, es provechosa para la doctrina o la enseñanza, y para reprobación, corrección e instrucción en la justicia.

Una de las importantes cuestiones que surge con frecuencia es: ¿Cómo pudo Dios inspirar la Escritura  siendo a que, de una parte, permite su factura humana y, de otra, se produce la inspirada Palabra de Dios sin error? La cuestión de cómo Dios lleva a cabo un acto sobrenatural es siempre inescrutable; sin embargo, se puede captar alguna luz sobre el particular en 2 Pedro
1:21, donde, en relación con una profecía de la Escritura, se declara: «Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados
por el Espíritu Santo.» Tanto si se trataba de profetas verbales o de profetas que lo pusieron por
escrito, la explicación es que ellos fueron «movidos e impulsados por el Espíritu Santo». La traducción de la palabra «movido» es la que corresponde a llevar un peso, un cometido. En esta declaración, pues, los autores humanos son llevados hacia un destino y un objetivo deseado por Dios, de la misma forma que un barco lleva a sus pasajeros hacia su destino final. Aunque los pasajeros que viajan en un barco tienen una cierta libertad humana y pueden moverse libremente dentro de la nave, no  pueden evitar que, de una forma segura y decidida, la nave vaya a su destino marcado de antemano.

Si bien esta explicación no es completa para ilustrar la inspiración, pues su clarificación está más allá de la comprensión humana, se hace patente que los autores humanos no quedaron en libertad de cumplir sus propios designios, ni ejercieron, por tanto, su personal propósito. Dios actuaba dentro de ellos, insuflándolos Sus pensamientos y utilizándoles como canales adecuados para la consecución de tal  obra. Es indudable que alguna parte de la Escritura estuvo dictada expresamente por Dios, como, por ejemplo, la entrega de la Ley en Éxodo 20:1-17. Una y otra vez el Antiguo Testamento declara que «Dios dijo» (Gn. 1:3). Otra expresión frecuente es que
«llegó la palabra del Señor» a uno de los profetas (cf. Jer. 1:2; Os. 1:1; Jon. 1:1; Mi. 1:1; Sof.
1:1; Hag. 1:1; Zac. 1:1). En otras situaciones Dios habló mediante visiones O sueños (Dn. 2:1), o apareció en forma de visión (Dn. 7:1). Aunque pudieran variar las formas y las circunstancias de
la divina revelación, en todas ellas Dios habla con una perfecta autoridad, una absoluta precisión
y de forma inerrable. Por todo esto, la Palabra de Dios participa de la misma cualidad de verdad absoluta, propia de la persona y el carácter del propio Dios.

D. CONSIDERACIONES CUALIFICATIVAS

Al declarar que la totalidad de la Biblia es la verdad y que es inspirada por Dios, es preciso señalar que a veces la Biblia registra una mentira como tal mentira; tal es el caso de la mentira de Satanás en  Génesis 3:4. La Biblia también registra las experiencias y razonamientos de los hombres, conforme queda ilustrado en el Libro de Job y en el Eclesiastés. En ellos, lo que la Escritura transcribe como  palabras de sus personajes tiene que ser comprobado por las claras afirmaciones de la verdad que se  hallan extendidas por toda la Biblia. De acuerdo con esto, algunas de las declaraciones de los amigos de Job no son ciertas, y algunos de los pensamientos filosóficos  del Eclesiastés no van más al de la  sabiduría  humana. Siempre que la Biblia establece un hecho como cierto, es, desde luego, cierto, tanto sí procede del propio Dios como de revelación, sean principios morales o un programa profético, o  bien cuestiones de historia, geografía o hechos que tienen relación con la ciencia. Es un fascinante testimonio de la exactitud de la Palabra de Dios el que, aunque los autores no pudiesen anticipar los  descubrimientos científicos modernos ni utilizaron un lenguaje técnico, no contradicen, sin embargo,  cualquier descubrimiento que el hombre haya hecho y que sea auténticamente cierto.

Existen problemas en la Biblia que hacen surgir ciertas cuestiones. A veces, por falta de información, la Biblia parece contradecirse a misma, como, por ejemplo, en el relato de la curación de los ciegos de Jericó, donde diversos relatos indican dos o un ciego (Mt. 20:30; Mr.
10:46; Lc. 18:35) y donde el incidente parece haber ocurrido en otra parte fuera de Jericó (Mr.
10:46;  Lc.  19:1).  Problemas  de esta  clase,  no obstante,  invitan  a  un paciente  estudio  y  la dificultad puede ser resuelta si todos los hechos nos fuesen conocidos. Por ejemplo, existieron
dos ciudades en Jericó: una antigua, la otra moderna. Cristo pudo muy bien haber dejado una
para entrar en la otra. Muchos supuestos errores de la Biblia han sido perfectamente aclarados por descubrimientos y hallazgos arqueológicos.

Realmente  nadie  sabe  lo  suficiente  como  para  contradecir  los  hechos  registrados  y  las declaraciones expuestas en la Biblia, tanto si se refieren a la creación del mundo, el origen del hombre    si  se  extiende  en  determinados  detalles  de  orden  narrativo.  Adecuadamente comprendida, la Biblia permanece como el monumento de la propia veracidad de Dios y de la verdad, y puede ser creída como si el propio Dios hubiese hablado directamente al individuo que lee la Escritura Aunque se han realizado intentos para minar y destruir la Biblia, para aquellos que buscan la verdad respecto a Dios continúa siendo la sola fuente de autoridad inerrable de la. revelación divina.

PREGUNTAS

1. Definir lo que significa la inspiración de la Biblia.

2. ¿Hasta qué punto la Biblia está inspirada?

3. ¿Qué quiere significarse por inspiración verbal y plenaria?

4. ¿Hasta qué punto es infalible e inmune al error y qué significan estos términos?

5. ¿Cómo se puede explicar que la Biblia refiere declaraciones falsas de los hombres?

6. ¿Hasta qué punto se extiende la inspiración a las copias y traducciones de la Biblia?

7. Definir la teoría de la inspiración mecánica e indicar por qué es inadecuada.

8. ¿Cuáles son los problemas de la teoría del concepto de la inspiración?

9. ¿Cuáles son los problemas de la teoría de la inspiración parcial o grados de inspiración?

10. ¿En qué difiere el punto de vista neo-ortodoxo de la inspiración, del ortodoxo?

11. ¿Por qué el punto de vista naturalista de la Biblia tiene que ser rechazado?

12. ¿Qué enseñó Cristo concerniente a la inspiración de la Biblia?

13. ¿En qué forma apoyan las anotaciones del Antiguo Testamento la inspiración de dicha parte de la Biblia?

14. ¿Qué indicaciones se dan en el Nuevo Testamento de que también está inspirado por Dios?

15. Discutir la declaración de 2 Timoteo 3:16.

16. ¿En qué forma contribuye 2 Pedro 1:21 al método de la inspiración?

17. Indicar el alcance en el cual la Biblia afirma su propia inspiración.

18. ¿Cómo se relaciona la inspiración  con la verdad de las experiencias  humanas y sus razonamientos según se halla ilustrado en el Libro de Job y en el Eclesiastés?

19. ¿Cuál debería ser nuestra respuesta a las aparentes contradicciones de la Biblia?

20. ¿Por qué es tan importante considerar el tema de la inspiración como un todo?