14.-DIOS EL ESPIRITU SANTO:SU PERSONALIDAD


14. Dios el Espíritu Santo: Su Personalidad por Lewis Sperry Chafer


A. La importancia de su personalidad

En la enseñanza de las verdades fundamentales relativas al Espíritu Santo debería hacerse un énfasis especial sobre el hecho de su personalidad. Esto es porque el Espíritu no habla ahora de mismo; más bien, El habla lo que El oye (Jn. 16:13; Hch. 13:2), y El dice que ha venido al mundo para glorificar a Cristo (Jn. 16:14). En contraste a esto, la Escritura representa a ambos, el Padre y el Hijo, como hablando de mismos; y esto, no sólo con autoridad final y por medio del uso del pronombre personal Yo, sino  que  también presentándoles como en una inmediata comunión, cooperación, conversión, el uno con el otro. Todo esto tiende a hacer menos real la personalidad del Espíritu Santo, quien no habla desde o  de sí. Como consecuencia, en la historia de la iglesia, la personalidad del Espíritu fue descuidada por algunos siglos; sólo cuando la doctrina del Padre y del Hijo fue definida, como sucedió en el Credo de  Nicea (325 d.C.), el Espíritu fue reconocido como una personalidad en los credos de la iglesia.

La forma como fue definida más tarde la doctrina ortodoxa, la verdad escritural de que Dios el Padre subsiste o existe en tres Personas -el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo-, fue generalmente reconocida.  La  Escritura  es  completamente  clara  cuando  dice  que  el  Espíritu  Santo  es  una

Persona tanto como Dios el Padre y Dios el Hijo, y aun así, como se ve en el estudio de la doctrina de la Trinidad, las tres Personas forman un Dios y no tres.

B. La personalidad del espíritu santo en las escrituras

1. El Espíritu hace aquello que sólo una persona puede hacer.

a) El convence al mundo: «Y cuando El venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio» (Jn. 16:8).

b. El enseña: «El os enseña todas las cosas» (Jn. 14:26; ver también Neh. 9:20; Jn. 16:13-15;
1 Jn. 2:27).

c) El Espíritu habla: «Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones al Espíritu de su
Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!» (Gá. 4:6).

d)  El  Espíritu  intercede:  «Pero  el  Espíritu  mismo  intercede  por  nosotros  con  gemidos indecibles» (Ro. 8:26).

e) El Espíritu guía: «Guiados por el Espíritu» (Gá. 5:18; cf. Hch. 8:29; 10:19; 13:2; 16:6-7;
20:23; Ro. 8:14).

f)  El  Espíritu  señala  a  los  hombres  para  el  servicio  específico:  «dijo  el  Espíritu  Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado» (Hch. 13:2; cf. Hch. 20:28).

g) El Espíritu está El mismo sujeto a un plan (Jn. 15:26).

h) El Espíritu ministra: El regenera (Jn. 3:6), El sella (Ef. 4:30), El bautiza (1 Co. 12:13), El llena (Ef. 5:18).

2. Él, como una persona, es afectado por otros seres.

a) El Padre le envía al mundo (Jn. 14:16, 26), y el Hijo le envía al mundo (Jn. 16:7).

b) Los hombres pueden hacer enojar al Espíritu (Is. 63:10), pueden contristarle (Ef. 4:30), pueden resistirle (1 Ts.5:19), pueden blasfemarle. (Mt. 12:31), pueden mentirle (Hch.5:3), pueden hacerle afrenta (He. 10:29), pueden hablar en contra de El (Mt. 12:32).

3. Todos los términos bíblicos relativos al Espíritu implican su personalidad.

a) El es llamado «otro Consolador» (Abogado), lo cual indica que El es una persona tanto como lo es Cristo (Jn. 14:16-17; 26; 16:7; 1 Jn. 2:1-2).

b) A El se le llama Espíritu en el mismo sentido personal que Dios es llamado Espíritu (Jn.
4:24).

c) Los pronombres usados para el Espíritu implican su personalidad. En el idioma griego la palabra «espíritu» es un nombre neutro, el cual, naturalmente, requiere un pronombre neutro, y en unas pocas oportunidades es usado (Ro. 8:16, 26); pero a menudo se usa la forma masculina del pronombre, enfatizando el hecho de la personalidad del Espíritu (Jn. 14:16-17; 16:7-15).

C.- Como una persona de la trinidad, el Espíritu Santo es co-igual con el Padre y el Hijo.

1. Él es llamado Dios.

Este hecho se verá comparando Isaías 6:8-9 con Hechos 28:25-26; Jeremías 31:31-34 con Hebreos 10:15-17. (Notar también 2 Co. 3:18 y Hch. 5:3, 4. « ¿Por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo?... No has mentido a los hombres sino a Dios».) A pesar de que los juicios de  Dios han caído tan drásticamente sobre algunos que han mentido contra el Espíritu (Hch. 5:3), y aunque a los hombres evidentemente no se les permite jurar en el nombre del Espíritu Santo, y aunque El es llamado el Espíritu Santo, es cierto que El no es más santo que el Padre o el Hijo; la absoluta santidad es el primer atributo del Trino Dios.

2.                Él                 tiene                los                atributos                de                Dios
(Gn. 1:2; Job 26:13; 1 Co. 2:9-11; He. 9:14).

3.          Él          Espíritu          Santo          ejecuta         las          obras         de          Dios
(Job 33:4; Sal. 104:30; Lc. 12:11-12; Hch. 1:5; 20:28; 1 Co. 6:11; 2:8-11; 2 P. 1:21).

4. Como se indica arriba, el uso de los pronombres personales afirma su personalidad.

5.  Se  presenta  al  Espíritu  Santo  en  la  Escritura  como  un  objeto  personal  de  fe
(Sal. 51:11; Mt. 28:19; Hch. 10:19-21).

Como un objeto de fe, Él es también Alguien a quien se le debe de obedecer. El creyente en Cristo, caminando en compañerismo con el Espíritu, experimenta su poder, su guía, su instrucción y  su   suficiencia,  y  confirma  experimentalmente  las  grandes  doctrinas  concernientes  a  la personalidad del Espíritu, la cual es revelada en la Escritura.

PREGUNTAS

1. ¿Por qué es necesario enfatizar la personalidad del Espíritu Santo?

2.  ¿Cuáles  son  algunas  de  las  obras  importantes  del  Espíritu  las  cuales  demuestran  su personalidad?

3. ¿Hasta qué punto la Escritura indica que el Espíritu Santo es afectado como una persona por otros seres?

4. ¿Qué términos bíblicos implican la personalidad del Espíritu Santo?

5. ¿Cómo el hecho de que el Espíritu Santo es llamado Dios demuestra su igualdad con el
Padre y el Hijo?

6. ¿Qué evidencia sostiene la conclusión de que el Espíritu Santo tiene los atributos de Dios?

7. ¿Cómo las obras del Espíritu Santo demuestran su deidad?

8. ¿Cómo los pronombres personales usados para el Espíritu Santo confirman su personalidad?

9. ¿Hasta qué punto la experiencia cristiana, en la cual el Espíritu Santo es el objeto de la fe y obediencia, sostiene su igualdad con el Padre y el Hijo?